martes, 11 de octubre de 2016

La Virgen del Pilar, madre de todos

BENDITA Y ALABADA SEA LA HORA EN QUE MARÍA SANTÍSIMA VINO 
EN CARNE MORTAL A ZARAGOZA

La pequeña imagen de la Virgen sobre un pilar y la tradición de su aparición en carne mortal al Apóstol Santiago, son cimiento de la piedad mariana del pueblo, honda y sentida. Así se afirma al inicio de la Eucaristía en su fiesta: «Tú permaneces como la columna que guiaba y sostenía día y noche al pueblo en el desierto».

Dice la tradición que Santiago Zebedeo emprendió el camino hacia “Finis terrae” cumpliendo el mandato del Señor: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio». Después de la Ascensión, la Madre de Jesús, nuestra desde el Calvario, compartiría a distancia la misión de los discípulos. Desde su solicitud maternal, se comprende su presencia “en carne mortal”, antes de subir al Cielo, para apoyar la arriesgada peregrinación de Santiago, el primer apóstol que daría la vida por su Hijo.

Ella misma «avanzó en la peregrinación de la fe, la esperanza y el amor». Su humilde apertura al don de Dios, ternura para cuidar la vida; la intuición del corazón, discreción y serena meditación de todos los acontecimientos, hasta la Cruz, hacen de Ella nuestra Madre amada. "seguir leyendo"